sábado, 13 de enero de 2007

El amor es lo que tiene



Cuando dejé a mi novia y prometida me juré que no volvería a caer en las redes del amor por lo menos en dos años. Durante estos últimos 8 meses he pasado la prueba con algún que otro obstáculo, ya que he tenido que cerrar puertas a posibles relaciones con futuro, algo de lo que no me arrepiento. Si tengo que estar unido sentimentalmente a alguna de esas personas, volveremos a juntarnos, quiera o no el Destino. Por echar una lanza a mi favor, creo que necesitaba tiempo para estar soltero, que me venía bien.

Me han llamado de todo, insensible, sin corazón, donjuan, inmaduro, pero todos esos que me han dicho esas cosas se han tenido que dar con un canto en los dientes, ya que ni yo mismo he podido cerrar bien esas puertas de las que hablaba antes. Cuando menos te lo esperas (bendita Diane Keaton) y menos quieres, aparece alguien en tu vida que consigue deshacerte tus esquemas y ver mariposas donde sólo hay polillas.

Un buen día de mediados de diciembre de 2006 un angelo italiano pasó por mi lado en el aeropuerto (prisión en la que ofrezco mis servicios maleteros) y me dejó sin sentido. Iba vestido con uniforme de la British Airways y parecía sacado de una película de Bel Ami. Unos diez días después (para ser exactos, el día de Navidad), ese ángel y yo ya éramos pareja, o lo que se pueda llamar cuando el msn es la alcahueta (desgraciadamente, vive en Londres). Gentilmente, y presumiendo, dicho sea de paso, os muestro su hermosa cara en la fotografía. Pero no fueron sus ojos azules, sino su corazón, lo que me terminó de enamorar ("oh oh oh oh, oh oh oh oh, quiero estar junto a ti" La fuerza del destino, Mecano). Mi corazón se quitó la coraza y cada palabra que mi Cuore me decía fluía por mi sangre como si fuera heroína de calidad.

Creo que cuando Aaron Spelling creó Melrose Place no pensaba en hacer un culebrón a la americana, sino un retrato con absoluta exactitud de las vidas de cada uno de nosotros (aunque claro, no se basó precisamente en mi sueldo ni en mi piscina ficticia para hacer la serie). Con esto me refiero a que en mi relación con Claudio, mi angelo, alguien fichó sin preguntar a la Special Guess Starring, Heather Locklear, o lo que es lo mismo, Amanda. Para ponerle cara es ese personajillo, os diré que es aquel al que beso en "El nacimiento de Dan", y que era un gran amigo mío. Jamás nadie me ha hecho tanto daño como el que me hizo él. Como bien sabréis, mi chico y yo es difícil que nos conozcamos del todo vía internet, o falsa internet, mejor dicho. Amanda sólo creó el desconcierto en la cabeza del italiano contandole cosas como que yo soy infiel, muy promiscuo, que hago daño a los demás, que enamoro con mis dulces palabras y luego dejo tirada a la gente, y un largo etcétera que es mejor ni mencionar. Supongo que su móvil fueron los celos. Ahora bien, ni Claudio ni yo tenemos claro por qué se sentía celoso: ¿porque nos iba bien juntos? ¿porque estaba enamorado de Claudio? ¿porque estaba enamorado de mí? Puede que las tres sean las respuestas correctas. Lo único que consiguió fue que me diera cuenta de con quién me iba juntando y que lo mejor era darle el boleto para que nuestra amistad fuera sólo un recuerdo y que Clau se rallara acerca de lo que podía ser cierto de las palabras de mi examigo. Le culpo por dejarse llevar, pero posiblemente si yo hubiese oído algo parecido acerca de él mi reacción habría sido parecida.

A partir de ese momento la desconfianza se adueñó de nuestra relación y terminé por desconfiar yo también. Y es que el chico me daba sus motivos, había algo en él que no cuadraba. Y se descubrió el pastel: hace un mes que se está separando de su novio. ¿En qué posición me dejaba eso a mí? ¿el amante? ¿el nuevo novio? ¿acaso sólo una persona de tránsito?

Fuese lo que fuese, a mí me alivió saber la verdad. No sé si esto lo produce el amor pero he llegado a rebajarme hasta el infinito por conservar lo nuestro. Me jura amor eterno, quiere compartir su vida conmigo, me ama con toda su alma, pero nada de eso me demuestra en realidad y yo no sé ya qué pensar. Suspirando por la ventana deshojo una margarita "le creo", "no le creo". Sólo sé que esto no me había pasado nunca y que derramo lágrimas continuamente por alguien que no sé si merece la pena. Me comporto como lo que siempre he criticado en los demás y al menos creo que en esta escuela de la vida se deben aprender todas la lecciones, por lo que me viene bien hacer el examen.

Hoy le he dejado, le he dicho que no puedo soportar más este tormento, que intente arreglar las cosas con su novio y que sea feliz en su vida, pero que yo no puedo dar más de mí. Y ahora, tras la ausencia de sus noticias, de su voz, siento que me falta algo dentro de mí. Cada vez que pienso en él mi estómago da un vuelco, y eso significa que estoy todo el día con el intestino loco. Sé que mis amigos me odiarán o se enfadaran conmigo cuando lean esto, pero amo a Claudio y deseo que mañana se presente a mi lado para no irse jamás, que todavía nos queda mucho por vivir y que Amanda se quedó en la puta teleserie del padre de Tori.

El amor es lo que tiene...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Efectivamente, es lo que tiene el amor...