Tantas cosas... (1ª parte)

Lo prometido es deuda, y aquí está la primera parte de la segunda parte de la parte de este post que decidí escribir en dos partes, primero la segunda parte y segundo la primera parte. Y el que parte y reparte se lleva la mejor parte. Decidme que estoy rompiendo un récord por escribir tantas veces la misma palabra en tan pocas líneas! Un poco más, y me quedo con complejo de Groucho Marx y sus partes contratantes...

Antes de nada, no sé si todos lo sabéis, pero suelo contestar a vuestros comentarios en el mismo apartado. Os lo digo por si acaso esta función que hago es nula. Y es que entiendo que una vez abierto otro post no os intereséis más en leer los comentarios. Es algo lógico.

Y prometo que éste será el último post taaaan largo. Los demás serán más breves, aunque haya pasado tiempo sin actualizar. Me comeré cosas, como he hecho estos últimos meses, y punto.

Pues me voy a remontar al jueves, y no a este último sino al 7 de junio, para seguir mi extraño orden. Ese día tenía unas entradas que había ganado para ver el preestreno de "Another Gay Movie", una parodia (más) de American Pie pero esta vez ambientada en el mundo gay. Iba a acompañarme mi fiel amigo Danny pero no pudo cambiar el turno en el curro y se vino mi gemela Crispu, gran fan de comedias estudiantiles americanas, que además hizo una buena acción social al acompañarme. Más o menos una hora antes del comienzo de la película aterrizamos en el barrio de Bilbao, que era donde se proyectaba. Fuimos a pasear y a cenar y ya se veía en el ambiente (nunca mejor dicho) que esa zona se estaba convirtiendo por unas horas en Chueca 2. Efectivamente, cuando llegamos al cine, medio barrio gay madrileño estaba en la puerta. Al entrar en la sala, y antes de sentarme, me fui al baño para descargar. Crispu puso el cronómetro, porque dijo que no se fiaba de mí y que no quería estar sola ahí durante mucho tiempo. Y tenía toda la razón del mundo, ya que los lavabos del cine se habían convertido en cuestión de segundos en una zona de cruising en toda regla. Pero como no había ido allí a practicar sexo sino a ver una película, en menos de dos minutos ya estaba de vuelta. Y lo siento por el colectivo gay si se ofende pero el mundo homosexual en su mayor parte es promiscuo. ¿Que hay gente que no es promiscua? Desde luego. ¿Que hay gente que es promiscua? Desde luego que sí, muchos.

La peli estuvo bastante bien. Es mala de narices, sin presupuesto siquiera para demasiados extras, la trama principal no es creíble (un instituto donde bastantes alumnos son gays declarados, incluso profesores y una apuesta insulsa entre cuatro amigos por perder la virginidad anal antes de que se acabe el verano, intentando lo posible y lo imposible por conseguirlo -cuando todos sabemos que si andas desesperado como ellos el sexo homosexual es demasiado sencillo-, y un protagonista que se mete calabacines en el culo casi a la vista de sus padres -un gay-bisexual como padre y un/a transexual como madre). Pero no me contradigo, la peli estuvo bastante bien, te echas unas risas y pasas un buen rato. Y estaré allí el día en que se estrene la segunda parte, que ya está produciéndose.

Esa misma noche -y la siguente- quedé con el QAT para ir a Polana. Un poco lo mismo de siempre, aunque estas veces desfasamos todo lo que pudimos hasta que nos cerraron. Mención especial para Cop, que por fin le vimos ligarse a uno en público. Además, también debo destacar que ya era hora de que nos trataran de forma especial en este lugar. El jueves nos invitaron a chupitos de tequila, y el viernes nos dejaron entrar a la mitad gratis. Aunque supongo que esto se debe a que dos miembros del grupo han estado "liadosenrrolladosloquesea" con dos de los relaciones públicas que trabajan allí y que consiguieron estas "proezas".

El sábado fue un día tranquilo. Dormí durante la mayor parte del día y el resto estuve de compras, de paseo y en el cine con Sergio, que de nuevo vino desde tierras lejanas para estar un rato conmigo. Gracias por esa camisa que me regalaste y por hacerme disfrutar -un poco- de "Piratas del Caribe 3". Siempre que veo una película de esta saga me repito una y otra vez que no volveré a ver la siguiente. Me aburren porque no me entero de lo que hablan, de lo que traman, adónde van y a qué van, me lío con sus cambios de bando y con que unas veces son amigos y a los cinco minutos enemigos. Dan su vida por salvarse unos a otros y al rato se dan asco. Incomprensible. Pero con Sergio, que es un auténtico fan, conseguí no dormirme más de treinta segundos y emocionarme en algunos momentos (y tal fue mi logro que hasta YO le expliqué algunas veces lo que tramaban, adónde iban y a qué iban).

Nos movemos hasta el domingo. Pasé un día superfamiliar. Por la mañana fui a visitar a mi abuelita al cementerio. Desde que murió hace dos meses y medio no lo había hecho. Aún no he asimilado que se ha ido, siempre creo que está en su casita, como ella decía, y cuando voy a llamarla me doy cuenta de que no puedo hacerlo. De todas formas me alegré mucho de ir allí. Estoy seguro de que si yo estuviera en su lugar, ella me visitaría todos los días, como buena segunda madre que ha sido desde que nací.

Nos dejamos de tristezas, ese día estuve acompañado de mis padres, hermano, tíos, tías y mis dos pequeñas primas, que son la algría de la casa. Comimos, vimos la victoria de Nadal y disfrutamos un montón (cosa que tendría que hacer más a menudo con ellos, debo reconocer que desde que me fui de casa voy demasiado a mi bola).

Por la tarde vinieron Danny y Esti a buscarme a la casa de mis padres y nos fuimos al Retiro ("Retire's park", como decía un compi mío en clase de inglés). Nos obligamos a ir a la Feria del Libro, ya que se terminaba ese día y aún no habíamos ido. A parte de las mil tonterías que hicimos y la de famosetes que vimos, nos fuimos al stand de la editorial Odisea (editorial gay, para quien no lo sepa). Ese día firmaba libros Miguel G, el escritor de "Una segunda oportunidad", libro que le había regalado a Danny el día de su cumpleaños. Cuando llegamos allí estaba un editor de Odisea y el librero de la librería donde yo había comprado el libro, un tipo muy majete con el que me llevo muy bien y que me había recomendado el mencionado libro para regalárselo a mi amigo. Después de estar charlando un rato (Danny contaba lo mucho que le estaba gustando el libro) les pregunté a qué hora venía Miguel G a firmar. El librero, un tanto avergonzado, se señaló a sí mismo y dijo "aquí estoy". Vale, al parecer mis amigos ya se habían percatado de que era él, pero yo no tenía ni idea, supongo que era porque veía normal que estuviera en el stand el librero que me atiende tantas veces. Le dije que me había vendido muy bien el libro y que jamás pensé que fuera él su escritor. Nos echamos unas risas y de paso aproveché para pedir trabajo en la editorial como corrector. Nunca se sabe, me dedico a ello y me van mal las cosas en ese campo. No necesitaban a nadie, pero me tendrán en cuenta, ya que tenían mi CV. Al día siguiente iba paseando por el barrio y me encontré de nuevo con Miguel G. Se alegró de verme y yo también a él. Le di la mano y él me dijo "tú siempre tan hetero, jaja". La verdad es que no tengo problema para dar dos besos, pero me impuso el hecho de que fuera el escritor de ese libro, de un relato que también leí hace tiempo y que sea colaborador de una revista (para quien no lo sepa, mi sueño es poder vivir de la escritura). El caso es que me preguntó acerca de la novela que voy a enviar al concurso Odisea de este año, ya que se lo había comentado el día anterior. Le gustó mucho la idea y me dijo que se lo dejase leer antes de enviarla, que él era jurado normalmente y podía decirme si voy bien encaminado para ganar. La verdad es que pasé una buena media hora charlando con él y espero volver a repetirlo pronto. Y aquí os dejo una foto suya (no le gusta que la gente lo conozca, de ahí que esté de espaldas), junto a La Prohibida, una conocida Drag Queen -que Danny y yo habíamos tenido el placer de verla actuar un par de meses atrás en el concierto de Fangoria-, y uno de los personajes de la novela de Miguel.

La tarde del domingo no se acaba. Quise cumplir uno de los sueños de Esti y la llevamos a la zona de cruising del Retiro. No estaba muy concurrida por ser domingo por la tarde y porque aún brillaba demasiado el sol. Pero mi amiga pudo comprobar la esencia de lo que es practicar el sexo con desconocidos en pleno parque al aire libre. Pero no se morirá agusto, aún le queda poder practicarlo, y como no cambien mucho las cosas, va a ser que no lo va a conseguir, ya que es mujer y lesbiana (o lo que sea). Como las fotos de la cámara octogenaria de Danny aún no se han revelado, os dejo con una de archivo de lo que fue esa tarde, en el estanque del parque, mientras contemplábamos una pelea de negros al más puro estilo bronx y con mujer y bebé blancos de por medio y casi heridos de rebote (y ya va la segunda pelea de este tipo en una semana).

La noche del largo día de domingo la terminamos en mi tercera cita con el cine de esa semana. Esta vez fuimos a ver la misma película que el jueves anterior vi con Crispu "Another Gay Movie" -que por cierto, la primera foto del post es de la peli-. Me apetecía disfrutarla con ellos y no me arrepiento, porque me volví a reír lo mismo y ellos se rieron aún más.

Y de nuevo siguiendo con mi orden extraño (y por no poner otro post), voy a comentaros qué tal fue el día de ayer en Torrejón. Con un dolor de cabeza horrible me dispuse a ver a Fangoria con parte del QAT (Miriam llegó después y Cop fue sustituído por Jackie, miembro de honor del grupo por ser nuestra musa hetero, Bea, y su amigo y miembro del club -aunque al principio no nos diéramos cuenta- Iván). El concierto estuvo genial, aunque no cantara "Eternamente inocente" -canción que fundó el QAT-, que más o menos me dio igual porque ya la había visto en el mencionado concierto de hace dos meses, al menos tocaron "Hombres", mi querida "Criticar por criticar" y mi amada "Miro la vida pasar". Además conocimos a Miss Topacio y Miss Andy, que nos "deleitaron" con su tema "gato pardo".

Después de eso nos fuimos a beber un poco al césped, a charlar de nuestras cosas, a planear la próxima semana y cuando terminamos nos montamos en los toros mecánicos. Danny dijo que se negaba a subir a esa mierda, que nunca le había atraído y que no iba a ser ahora cuando lo hiciera. Le llevamos a rastras, y, cosas de la vida, fue el que mejor se lo pasó. Se rió como nadie y parecía un crío cayéndose una y otra y otra vez encima nuestro. Era la primera vez que me montaba en esa atracción con amigos (antes siempre solo o con conocidos) y lo estaba deseando. Después de eso estábamos con la lengua fuera del cansancio (como decía Rubén parecía que habíamos echado un buen polvo), pero nos fuimos a bailar a las peñas. Nos costó encontrar la indicada pero al final nos lo pasamos como locos (eso a juzgar por las miradas ajenas). Desfilamos como sólo nosotros sabemos hacer y después de dar el cante dimos una larga caminata hasta el coche. Allí Danny nos obsequió con el vol. 1 del QACD, un doble cd con canciones que representan mucho para el grupo. Se lo curró que no veas, es una maravilla de cd y dice demasiado de nosotros. Pero de esto ya hablaré la semana que viene. Terminamos cada uno haciendo un bailecito delante del coche y a nuestras casas (o no). Así que no me puedo quejar, sino todo lo contrario. Gracias por hacer de mis noches y días con vosotros un auténtico sueño.

Y como siempre me pasa en los tres días de libranza, tengo el sueño descontrolado y me tengo que levantar en una escasa hora para ir al trabajillo. Por suerte esta semana son cinco días y no seis, ya que empiezan mis ansiadas vaciones desde hace 9 meses el domingo a las 23h.

Como diría mi amigo JL (y será la primera y última vez que le copie), así me destrocé yo la espalda en esta silla de mierda escribiendo este eterno post, de toda la vida.

Me voy a descansar un ratito.