El día de la boda

Esta entrada no va dedicada a esta película por mucho que se titule igual, que su foto la presida, que la protagonicen Debra Messing (la prota de "Will&Grace") y Dermont Mulromeni (llamado comunmente así en casa -es Mulroney- y prota de "La Boda de mi mejor amigo"), que sea una gran comedia romántica que desgraciadamente pasó desapercibida en España aún siendo mucho mejor que la mayoría, que tenga una buenísima banda sonora y que tenga una de las mejores frases románticas de la industria del cine "Te echaba de menos antes de conocerte". No, con ese título me refería a otra cosa.

Hoy, 23 de Junio de 2007, a estas horas (5.24 de la madrugada) tendría que estar igual de despierto que ahora, solo que dando vueltas en la cama, con las piernas temblando y dudando entre tirarme por la ventana o cometer el mayor error de mi vida.

Me explico, para quien no lo sepa o aún no lo haya pillado...

A las 18 h de este día se celebraba mi boda en el parque temático de naturaleza Faunia, en Madrid. Teníamos todo organizado, una ceremonia religiosa pero con estilo étnico, en plena pradera y con banquete en la laguna, rodeado de perritos de las praderas y cisnes, y un cura traído del mismísimo Vaticano (mi abuela, de no haber muerto y de haberse celebrado la boda habría sido la mujer más feliz del mundo, iba por ella).

Era feliz con mi novia, pero soy mucho más feliz ahora. No era una tapadera tampoco. Cierto es que estaba dentro del armario, y que poca gente conocía mis "aficiones" (ella misma era una de las pocas que lo sabía). Estuvimos saliendo cinco años porque así lo sentía, es lo que quería y lo disfruté una barbaridad. Pero el amor se fue, no me daba todo lo que deseaba (para empezar no tenía pene) y, siendo sinceros, no estaba hecho para ser un hombre casado y fiel.

En este último año me ha cambiado demasiado la vida. Sufrí durante la ruptura, justo cuando nos acababan de dar la casa, pasé de ser un hetero curioso a un bisexual activo y he acabado siendo una puta homosexual pasiva (valeeee, exagero). Aún tengo dudas de lo que sentí, de lo que siento y de lo que soy, pero no me martirizo por ello. Lo que sea, seré. Disfruto como soy y no me avergüenzo. ¿Que soy un gay hecho y derecho? Puede que sí, pero con sinceridad, ni lo sé, ni me importa de momento (y eso de "derecho" es simplemente por la expresión).

Lo siento mucho por la que era mi amada, y a la que destrocé su vida, pero si no hubiera roto nuestros lazos (como diría la Torroja) ahora mismo o dentro de muy poco habría conseguido destrozársela aún más y me la habría destrozado a mí. Sigo echándola de menos cada día que pasa, aunque intente demostrar lo contrario, pero no podía ser, y, como decía antes, ahora soy feliz, feliz, feliz. Sé que ella lo estará pronto.

Y, como yo quiero que mi vida sea una novela, o una película, o no sé qué más cosas me han llegado a decir, voy a afirmarlo diciendo que me alegro de haber vivido una vida hetero y que me alegro también de haberla dejado a puertas de una boda, al más puro estilo "In&Out", de Kevin Kline.

Diré lo último. Lo siento mucho por ella y, aunque pueda parecer materialista y sin corazón, lo siento mucho por esa luna de miel en Japón.

Sayonara.