Una noche en las carreras

Antes de ayer se celebraba la "season finale" en el Hipódromo de la Zarzuela de Madrid y nosotros no nos lo quisimos perder (aunque perder, perdimos).

Fuimos emocionados buscando diversión y dinero pero no conseguimos revivir esa maravillosa película de los hermanos Marx de título homónimo al de mi post de hoy.

Hubo de todo, risas, apuestas, frío, ropa de marca, deportivas, multitudes de gente increíbles, y también cosas malas.

Para empezar tardamos cosa de media hora en aparcar mientras Mónica nos esperaba congelada y guapísima en las taquillas. Fuimos de listos saltándonos las colas para comprar entradas porque yo tenía 6 gratis que me había regalado mi padre (y fue el motivo por el que fuimos), pero cuando llegamos a la puerta nos dijeron que esos pases eran para las doce de la noche (a las 12? pero si las carreras terminaban media hora después). Ya que estábamos allí decidimos pagar la entrada mínima (9 euros) y adentrarnos con la jet set, donde podíamos pasar inadvertidos gracias al modelito de Mónica.

Hicimos una primera apuesta individual y una colectiva por diferentes caballos. Ganó uno al que no habíamos apostado. Mierda. En la segunda ronda Danny dijo que ya no apostaba más porque no entendía el mecanismo bien (y en realidad ninguno lo entendíamos, pero nosotros fuimos más arriesgados). Se me olvidó apostar por el caballo de Esti, así que volví al mostrador y ya decidí que aparte del de mi amiga ya iba a votar por otro caballo más. Y eso fue lo que me dio la felicidad. Porque ganó!! Mirad, aquí está la prueba.

Y claro, ganar da emoción, pero esa cantidad irrisoria lo único que me ayudó fue a pagar la última apuesta. Esta vez fui el único que lo hizo (también el único que tenía ganancias) y decidí apostar a lo fácil. A todos los caballos. Y volví a ganar, evidentemente, pero cuando la grada saltó emocionada me olí que la retribución iba a ser muy pequeña, y así fue, 3'70 euros. También conseguimos darle uso a las entradas gratis y nos tomamos una copa cada uno. Por lo que no estuvo tan mal.

Y entonces descubrimos a qué se debía eso de "entrada a partir de las doce". En cuestión de unos minutos, el hipódromo (con toda la jet set incluída), se convirtió en Pijoland y empezaron a llegar coches que en la vida me podré plantear pagarlos, acompañados de sus dueños, dignos de ser residentes en Marbella y con barco en Puerto Banús.

Y como aquí el menda fue la oveja negra en un colegio y universidad de características burguesas me encontré con algunas sorpresas. La primera de ellas fueron Isaac y Christian, de la uni. Hacía años que no nos veíamos, que ilusión, tuvimos conversaciones tipo "qué es de tu vida? te casaste al final?", "no, soy gay", "no te lo puedo creer", "pues lo soy, mirad mi pulsera (con la bandera del orgullo, que la puede llevar cualquiera, pero parece que eso ya fue la prueba evidente)".

Un rato más tarde me encontré con Carlos Fdez de la Regera "Charquie" y con Teresa Vergara, mis amigos íntimos de la adolescencia, cuando yo tenía 14 años, que al parecer ellos se ven de año en año, pero habían quedado justo ese día. Esto sí que fue un subidón, ya que hacía miles de años que no nos veíamos ni hablábamos ni nada. Al rato se unió Blanca López de la Osa (que es la que se parece a Reese Whiterspoon, "Una rubia muy legal") y fue la leche. Os habréis dado cuenta de los nombres y apellidos. No recuerdo a nadie del colegio del que no me supiera todos sus apellidos y que les llamara separando su nombre de ellos, como en américa.

Tuvimos conversaciones tipo "qué es de tu vida? tienes novia?", "no, soy gay", "ah! perfecto! (ellos se lo creyeron desde el principio)", "adónde váis ahora", "a Chueca", "pues nos vamos con vosotros", "genial". Qué amigos más majos que tengo, tenían que trabajar bien temprano y aún así se vinieron hasta las tantas al barrio de los maricas con su amigo marica para estar más tiempo juntos. Y abierta la veda ya podemos quedar más veces dentro de muy poco.

Ya en Chueca y cuando el QAT se fue a casa, yo me quedé con Ruy, otro amigo que me encontré y con su primo el americano.

Nos quedamos en el Why Not un rato, seguimos con el Polana (donde me encontré con nuestro querido Marcio, a Asier y a Carlos) y continuamos en La Boite (donde me encontré con nuestro queridísimo compi de curro Jan, con el chapis Pedro y con Jose, al que hacía como 345 años que no veía).

Cuando nos echaron, Ruy y yo fuimos a dejar a su primo "en vías de fallecimiento" a su casa y decidimos seguir de marcha. Como no había nada abierto nos fuimos a una sauna, pero a tomar copas (siento no tener fotos del sitio pero creo que no era muy apropiado sacar la cámara). Total, que llegué a casa a eso de las 12 de la mañana. Me tocaba trabajar, así que me duché y me fui. En serio, quien se considere mi amigo que no me deje hacer de nuevo estas cosas, porque el estado catatónico que tuve ayer no se lo deseo a nadie. Cuántas horas fueron sin dormir? no lo recuerdo, pero al menos lo superé sin drogas, que no tomo (a no ser que se cuente el alcohol y el tabaco, que buenas drogas son y que consumo).

Actualizaré antes, seguro!